sábado, 11 de julio de 2009

Poemas de Lord Byron

Poeta inglés, uno de los escritores más versátiles e importantes del Romanticismo. Nació en Londres el 22 de enero de 1788 y estudió en el colegio de Harrow y la Universidad de Cambridge. En 1798, al morir su tío abuelo William, quinto barón Byron, heredó el título y las propiedades. Más adelante, en 1822, adoptó el nombre de Noel para recibir una herencia de su suegra. En 1807 se publicó su libro de poemas Horas de ocio; una crítica adversa aparecida en el Edimburgh Review provocó su réplica en verso titulada Bardos ingleses y críticos escoceses (1809). En 1809 ocupó un escaño en la Cámara de los Lores y emprendió un viaje de dos años por España, Portugal y Grecia.
La publicación en 1812 de los dos primeros cantos de Childe Harold, poema que narra sus viajes por Europa, le llevó a la fama. El héroe del poema, Childe Harold, fue el primer ejemplo de lo que llegaría a conocerse como el héroe byroniano: un joven de emociones tormentosas que rechaza la humanidad y vaga por la vida bajo el peso de un sentimiento de culpa causado por misteriosos pecados del pasado. Este héroe byroniano, inspirado en la vida y personalidad del autor, es el mismo estereotipo que se repetiría en sus poemas narrativos de los dos años siguientes, El infiel (1813), La novia de Abydos (1813), El corsario (1814) y Lara (1814). En 1815, año en que publicó Melodías hebreas, se casó con Anna Isabella Milbanke, que tras dar a luz a la única hija legítima del poeta, Augusta Ada, le abandonó. En 1816, acordó la separación legal de su esposa. Los rumores sobre sus relaciones incestuosas con su hermanastra Augusta y las dudas sobre su cordura provocaron su ostracismo social. Amargado profundamente, Byron abandonó Inglaterra en 1816 y nunca volvió.
En Génova vivió con los Shelley y Claire Clairmont, escribió el tercer canto de Childe Harold y el poema narrativo El prisionero de Chillon (1816). De 1816 a 1819 estableció su residencia en Venecia, donde escribió el drama en verso Manfred (1817), que originó su correspondencia con Goethe, los dos primeros cantos de Don Juan (1818-1819) y el cuarto y último canto de Childe Harold (1818). También escribió allí Beppo (1818), un poema satírico escrito en octava rima (estrofa de ocho versos de once o doce sílabas), el mismo estilo que escogió y desarrolló por completo en Don Juan. Durante dos años viajó por Italia hasta que en 1821 se instaló en Pisa. Allí escribió los dramas en verso Caín y Sardanápalo y los poemas narrativos Mazeppa y La isla. En 1822 fundó en Pisa la revista The Liberal con los poetas Percy Bysshe Shelley y Leigh Hunt, pero la muerte de Shelley aquel mismo año y una pelea con Hunt puso fin a esta empresa cuando sólo habían publicado tres ejemplares. También entabló una polémica literaria con el poeta Robert Southey, que había atacado su Don Juan en el prefacio de su libro Una visión del juicio final. En su respuesta, Byron mostró su habilidad como satírico componiendo un devastador ataque, en el estilo de Una visión del juicio final, al elogio que Southey escribió a la muerte de Jorge III. Don Juan, poema heroicoburlesco de 16 cantos, supone una sátira brillante sobre la sociedad inglesa de la época. Considerada por muchos como su mejor obra, la terminó en 1823. Al enterarse de las noticias de la rebelión de los griegos contra los turcos, haciendo caso omiso de su débil condición física, se unió a los insurgentes en julio de 1823 en Missolonghi. No sólo reclutó un regimiento para la causa de la independencia griega sino que contribuyó con grandes sumas de dinero. Los griegos le nombraron Comandante en jefe de sus fuerzas en enero de 1824. Murió de fiebre en Missolonghi, tres meses después sin participar en ningún combate importante.
Como confirmación de su atracción y simpatía por los liberales españoles y la causa de los patriotas hispanoamericanos, se puede recordar que puso el nombre de "Bolívar" a su barco. No es de extrañar que en la España del absolutismo de Fernando VII y en una América hispana que luchaba por su emancipación, la vida y obra de Byron actuaran como acicate y modelo. El español Alcalá Galiano lo convierte en un héroe y el argentino José Marmol inicia sus poemas con epígrafes de Byron. También se encuentran sus influencias en el puertorriqueño Eugenio Mª de Hostos y en el colombiano Rafael Pombo. Hasta Gertrudis Gómez de Avellaneda, nacida en Cuba, prefirió seguir esta poesía romántica antes del modelo valorado en la época de Cecilia Böhl de Faber. Incluso la rima de Gustavo Adolfo Bécquer 'Tu pupila es azul' sigue desarrollando temas byronianos.
Acuérdate de mí
Llora en silencio mi alma solitaria,
excepto cuando está mi corazón
unido al tuyo en celestial alianza
de mutuo suspirar y mutuo amor.
Es la llama de mi alma cual lumbrera,
que brilla en el recinto sepulcral:
casi extinta, invisible, pero eterna...
ni la muerte la puede aniquilar.
¡Acuérdate de mí!...
Cerca a mi tumba no pases, no,
sin darme una oración;
para mi alma no habrá mayor tortura
que el saber que olvidaste mi dolor.
Oye mi última voz.
No es un delito
rogar por los que fueron.
Yo jamáste pedí nada:
al expirar te exijo
que vengas a mi tumba a sollozar.
* * *
Adiós
¡Adiós! si dicha se concede al hombre
de una plegaria en premio,
ésta tu nombre
elevará hasta el trono del Señor.
Promesas, quejas, llanto, fueran vanos;
más que el lloro, exprimido,
ya sangrante,
de ojos sin luz, tenaz remordimiento
esta palabra dice...
¡Adiós! ¡Adiós!
Secos están mis ojos, extinguida
mi voz, pero al dejarte, de mi vida
se adueña para siempre un gran dolor.
Aunque el pesar y la pasión torturan
mi corazón, quejarse no le es dado...
Yo sólo sé que en vano hemos amado...
Sólo puedo sentir...
¡Adiós! adiós.
* * *
Camina bella, como la noche...
Camina bella, como la noche
De climas despejados y de cielos estrellados,
Y todo lo mejor de la oscuridad
y de la luz
Resplandece en su aspecto y en sus ojos,
Enriquecida así por esa tierna luz
Que el cielo niega al vulgar día.
Una sombra de más, un rayo de menos,
Hubieran mermado la gracia inefable
Que se agita en cada trenza suya de negro brillo,
O ilumina suavemente su rostro,
Donde dulces pensamientos expresan
Cuán pura, cuán adorable es su morada.
Y en esa mejilla, y sobre esa frente,
Son tan suaves, tan tranquilas, y a la vez elocuentes,
Las sonrisas que vencen, los matices que iluminan
Y hablan de días vividos con felicidad.
Una mente en paz con todo,
¡Un corazón con inocente amor!
* * *
En un álbum
Sobre la fría losa de una tumba
un nombre retiene la mirada de los que pasan,
de igual modo, cuando mires esta página,
pueda el mío atraer tus ojos y tu pensamiento.
Y cada vez cada vez que acudas a leer este nombre,
piensa en mí como se piensa en los muertos;
e imagina que mi corazón está aquí,
inhumado e intacto.

No hay comentarios:

Publicar un comentario