sábado, 20 de junio de 2009

POEMAS DE FIAT LUX. Por José Lira Sosa

Fiat Lux
Fiat –lux de mediodía
ebrio de miel roja
Fiat-lux entre los dientes
de la boa constrictor.

Fiat-lux para flagelar mariposas
en las uñas de las brujas. Fiat-lux
hembra y macho como la voz del cocodrilo
de cristal amarillo. Fiat-lux uno puede
llevarte del dedo como a una galera encantada
uno puede abrazarte como a un hada
que danza
porque tú eres de harina blanca.

Fiat-lux bella proclamando destrucción
a grandes pasos
de ratón blanco. Fiat-lux terrible
a medianoche sin alas
Fiat-lux uno puede andar contigo
Sin puñal de luciérnaga
En la espalda
Uno puede convertirse en un lagarto
A tu solo contacto.

Fiat-lux repetido mil veces
Fiat-lux entre elefantes
de rodillas de goma.

Fiat-lux que no ha abandonado nunca
los ojos de arena de Jannine
Jannine de ojos de Fiat-lux
de ojos de noche
de lluvia como manos de Fiat-lux.

Fiat-lux de nalgas de látigo
de nalgas de hostia bendita
de nalgas de Jannine
Jannine de días
como piernas de lagartos
Jannine de noches
como ojos de luciérnagas
y Fiat-lux.


Mitología nocturna
Noche gusana de tierra
noche de sexo de albaricoque
en las garras del altar nocturno
pájaro noche como una campana
de dedos de guitarra
pájaro lira como noche de azogue tremendo
noche de perfil
de búho en la arena.

Noche como el peso de la jaula a leona
como el paso de la tierra a leona
bella como la noche en las cejas
del petróleo inflamado
noche de salitre
deshecha
en los pliegues de la cerbatana
de seda
en los dedos de noche
a la derecha del tigre.

Noche de ventanas entre alfileres
noche donde mi talón de caballo
de diosa presagia una aguja
bajo el maniquí de dientes de cabra
donde mi vientre reemplaza
el abismo de labios de heno.

Noche de muñecas selváticas
la esfinge blanca de tu sexo
me habla a media voz
noche de jirafas como senos de lluvia
noche a mediodía
en el reloj de arena
noche gusana de tierra
tus dedos de nochecomo lanzas de niña.


Fábula para revelar el misterio
Había el recuerdo de la edad de piedra
y cada paso que tú dabas era
sacrificado
a la caricia fascinante
de estos dedos reptiles.

Había este vaso que contiene
la máscara que tú alimentas con tu miedo
y el hongo de tus aletas subpétreas
entregado a su vicio secreto. Había entre este
jinete de cenizas blancas y este bosque
sometido al influjo hechizante de tu risa
la mano de este criminal de sueño hecha
especialmente para retenerte a mi lado
como una estatua.

Inútil decir qué fiera descansa a tu derecha
ahora que tu cuerpo es cada vez menos sólido
y expone sus senos de arcilla
de arcilla intransmisible
y el terremoto en medio de su centro
levanta el paso de tus piernas
como un acantilado
sin ríos ni manos ni tú andando en ese río
con tus manos de frutos prohibidos.

Había una jirafa apuñaleada por mis dedos
de víboras
para revelar el misterio
y yo en medio de este campo
como un nuevo diluvio para tu odio primitivo.

Había el recuerdo de la edad de piedra.


Los amantes exteriores
Ella es la piel de la cebra magnética
que mueve su cola
en la mano del siego.

Ella es la ardilla flagelada por las
nieves.

Ella es la máscara danzando
en los brazos del oso negro.
Y yo
soy el rostro del hombre
que abra su vientre
con las uñas del mono
Yo soy el ojo del cuervo
en su dedo de goma lúcida
el alcohol y la fiebre
en sus mejillas de cenizas
y en sus brazos
de estiércol puro.

Yo soy el que ama su pecho de cerbatana
y su vientre de gusano de tierra
pero ella es hecha
a prueba de aire
a prueba de fuego.

Ella es inoxidable como la palabra
asesino.

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